En abril de 1972, se iniciaba la comercialización del Seat 127, un modelo construido por la firma española bajo licencia Fiat, que tuvo un gran éxito. Este modelo, sucesor del Seat 850, se fabricó durante diez años. Con más de 1.345.000 unidades vendidas, fue sustituido por el Fura cuando Seat y Fiat concluyeron su acuerdo.
Los coches suelen ser un buen referente del momento social, y el Seat 127 se empezó a vender en un año mágico. En 1972 se consagraba campeón del mundo de Formula 1 Emerson Fittipaldi y nacieron deportistas de la talla de Rubens Barricello, Luis Figo o Zinedine Zidane.
El Seat 127 llegó a España en un momento en el que la gente quería algo más que un Seat 600 y la clase media empezaba a tener poder adquisitivo. El 127 estaba concebido como vehículo de gama media-baja, aunque tuvo su nicho como segundo coche de las familias más acomodadas.
La línea del Seat 127 era “rompedora” para la época y uno de sus argumentos de venta, junto con su gran visibilidad. La aceleración fue otro de sus puntos fuertes: de 0 a 100 km/h en 20 segundos. La velocidad máxima de 140 km/h y su “reducido” consumo (7 l/100 km) formaban parte de una oferta que consiguió vender 50.000 unidades en los primeros seis meses de existencia.
La tracción delantera, primera incorporada por Seat fruto de su unión con Fiat, la gran habitabilidad interior (80% del espacio útil), el doble circuito de frenos independiente y la barra de dirección articulada eran otros de los “anzuelos” que se esgrimían en favor del Seat 127.
El Seat 127 fue equipado con tres motores distintos a lo largo de su historia. El primero, de 903 cc y 45 CV de potencia, era el mismo que equipó al Seat 850 sport coupe y Especial, aunque ligeramente civilizado, con vistas a reducir consumo y dotarle de más elasticidad.
El segundo motor, con idéntica cilindrada, fue adaptado para consumir gasolina de 90 octanos. El tercero, empleado en el Seat 127 especial, fue diseñado por Seat, tenía 1010 cc y entregaba una potencia de 52 CV. El buen escalonamiento de la caja de cambios y el peso (710 kg), permitían unas aceleraciones brillantes para la época.
Con la tercera velocidad conseguía alcanzar 110 km/h, facilitando los adelantamientos. En cuarta marcha se mantenían bien los 120 km/h y pisando mucho el acelerador se conseguía llegar a los 140 km/h. Eran velocidades más que suficientes para la calidad de las carreteras de la época.
Existieron tres versiones claramente diferenciables.
La primera serie poseía una calandra de plástico negra con orificios rectangulares situada sobre cinco agujeros de vetilación también rectagulares, parachoques metálicos cromados y pilotos traseros alargados. Los faros e intermitentes delanteros estaban integrados en la carrocería.En esta primera versión las carrocerías eran de dos o cuatro puertas. El acceso al maletero se realizaba por una pequeña puerta situada entre la luneta y los pilotos traseros que limitaba el tamaño de los bultos a cargar. Las últimas unidades de esta serie solucionaron este problema con un portón trasero.
La Segunda Serie. A mediados de los '70 aparece la segunda serie, que se caracterizaba por tener una calandra más grande en la que iban integrados los faros, intermitentes delanteros integrados en el paragolpes, unos pilotos traseros ligeramente más anchos que incluían luz de marcha atrás y parachoques de plástico ligeramente mas envolventes. En esta segunda versión el interior era mas confortable y al igual que el exterior hacía mayor uso de los plásticos. Cabe destacar que la segunda versión estaba disponible en carrocerías de tres y cinco puertas, ya que la pequeña portezuela de acceso al maletero desapareció definitivamente y solo se ofreció con portón trasero, que aumentaba, junto con la posibilidad de abatir los asientos, la capacidad de carga y por lo tanto la polivalencia del coche.
A partir de 1981 estuvo disponible
la tercera serie del 127, denominada SEAT 127 Fura. Esta versión, que tomaba los detalles estéticos del FIAT 127 Especial Italiano era un profundo restyling de la segunda serie, con ópticas más grandes, paragolpes más envolventes y gran cantidad de embellecedores de plástico por toda la carrocería. En 1.983 finaliza la licencia de fabricación del 127.
SEAT FURA. Para poder seguir comercializándolo, SEAT le realizó un nuevo lavado de cara en el que básicamente se modificaron las ópticas y el frontal, las ventanillas delanteras perdieron los deflectores tirangulares, y se le incorporaron unos retrovisores y tapacubos modernos y la inscripción FURA de los laterales fue sustituida por DOS. Se denominó Fura2, y oficialmente ya no era un 127. Se comercializó, aunque sin mucho éxito, hasta 1.986 y hoy en día son, junto con las versiones Crono los más difíciles de encontrar.
El Seat 127 es un coche que siempre ha frenado muy bien. Los discos delanteros y las zapatas traseras conseguían un buen equilibrio cuando había que pisar el freno a fondo. La suspensión la recuerdo como excelente, más dura que blanda (hablando de lo que había en la época), y transmitía seguridad.
Salvando las distancias con la tecnología actual, que son muchas, el Seat 127 fue un coche que nos permitió a muchos jóvenes de entonces experimentar sensaciones propias de un coche deportivo dentro de unos límites de precio muy razonables.