La primera obviamente es contar con los recursos económicos suficientes. Aquí se puede distinguir, según la solvencia, el tipo de restauración que se va a hacer. Pero eso sí, a tomar en cuenta que a mayor inversión, mejor resultado y mayor satisfacción.
Hay que tomar conciencia que éste puede ser una labor de largo tiempo. Con mucha suerte, el trabajo de restauración puede lugar algunos meses, pero generalmente dura años si es que se quiere un auto de alta calidad.
Hay que documentarse bien sobre el coche. Hay que averiguar detalles tan simples como el año de fabricación hasta complicados como el número de chasis, carrocería y las variantes que se presentan. Hay que estar al tanto de las modificaciones que haya sufrido en el momento de su construcción.
Escoger un ambiente adecuado para el trabajo es vital. Si uno cuenta con el garaje de la casa desocupado entonces tiene el lugar ideal. Si dispone de un espacio en un taller mecánico, cerciorarse que éste sea poco húmedo y limpio, para que no se maltraten las piezas.
Tomar apuntes de los materiales originales disponibles que tenga el coche a restaurar. Si es posible, anotar hasta con archivos fotográficos y dibujos hasta el mínimo detalle, hasta los desperfectos que se presenten para tener cuidado de ellos al rehacer el auto.
Empezar desde dentro hacia afuera, nunca desde fuera hacia adentro, a menos que se quiera restaurar sólo la carrocería. Si uno quiere conducir su propia obra, entonces debe preocuparse primero de que la parte mecánica funcione bien. De nada sirve, y hasta puede resultar un gasto innecesario, si se arregla la carrocería y luego se aparca el coche en el taller durante años en espera de piezas del motor por falta de presupuesto.
No hay que olvidarse que hay que hacer las cosas bien. Si se hacen las cosas mal o no se repara algún desperfecto como se debe, entonces el gasto será el doble. Y se va a perder mucho tiempo.
De las más importantes, conseguir los repuestos originales. Aunque parezca imposible conseguir materiales de marcas desaparecidas, siempre en algún lugar del mundo existirá aquel detalle, cromo, calcomanía, etc. Puede tomar mucho tiempo, pero uno de los requisitos indispensables para un buen restaurador es la paciencia.
Por último, y tal vez el más importante, tomar la restauración como una labor recreativa. Es una sensación maravillosa imaginarnos a nosotros en nuestra reliquia restaurada compitiendo en un Rally, o simplemente ser la envidia de tus vecinos.
Gracias por los consejos un abrazo
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